La termografía como control de calidad
Realizar un análisis termográfico en la rehabilitación energética de un edificio debería ser una prueba obligada. Se trata de un ensayo de control de calidad que evalúa la repercusión de las medidas adoptadas en el proyecto de reforma, en comparación con su estado inicial. Ya sea porque el edificio se inspecciona antes y después de la obra, o porque existen edificios contiguos similares sin rehabilitar que nos sirvan de comparación. En este artículo encontrarás más información sobre termografía en edificación.
Termografía edificio reformado junto a edificio sin refomar
Rehabilitación energética en La Chantrea
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de realizar un análisis termográfico de un edificio rehabilitado del barrio de la Chantrea de Pamplona. Es un edificio pequeño, de Baja+2 cuyo proyecto de rehabilitación ha sido desarrollado por el estudio Roncal & Janda Arquitectura. La intervención se centró en la mejora de la envolvente, incorporando aislamiento térmico en fachadas y cubiertas de 10 y 12 cm de espesor. De este modo, se consiguió una reducción en la demanda de calefacción de más de un 36%. Mejorando en una letra la calificación energética. Así se puede comprobar en el análisis termográfico realizado el pasado mes de abril, con unas temperaturas exteriores en torno a 8ºC.
Fotomontaje con varias termografías del edificio sin reformar
Fotomontaje con varias termografías del edificio reformado
En estos montajes se aprecia claramente la diferencia. Todas las imágenes fueron tomadas el mismo día. El análisis del edificio sin reformar se realizó sobre el edificio contiguo al reformado, que era exactamente igual que el nuestro.
Como se puede apreciar, la temperatura superficial de la fachada desciende considerablemente en el edificio reformado. Desaparecen los puentes térmicos de canto de forjado y se minimizan los producidos por los aleros de balcones o cubierta.
Termografía cuantitativa de fachadas
Cuantificar la mejora energética
En esta imagen extraída del análisis termográfico, se observan diferencias de temperatura de más de 5ºC entre la fachadas. La reformada con 10 cm de aislamiento tipo SATE y la existente, de tan solo un pie de ladrillo perforado.
Este salto térmico analizado por el exterior, se transmite de igual manera al interior de las viviendas. De este modo, los vecinos del edificio reformado contarán con unas temperaturas superficiales en torno a 3º de media superiores a sus vecinos, lo que supone una mejora en el confort interior muy relevante.
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